viernes, 8 de octubre de 2010

EL TREN QUE NUNCA LLEGÓ (texto de Julia Garci-Nuño Segui)

Seis de la Mañana. Suena el despertador. Me levanto. Me ducho. Desayuno café con leche y cereales.

Me visto. Limpio los cristales de las gafas. Subo la persiana, está nevando.
Me pongo la parca, la bufanda y los guantes. Voy al recibidor. Me calzo Las botas. Cojo el paraguas y el bolso. Bajo y salgo al portal. Abro la puerta, la calle desierta y oscura está más oscura que la boca de un lobo.
Me dirijo al metro. Ando con dificultad a causa de la nieve. Es tan temprano todavia que no han empezado a trabajar los Servicios de limpieza. Cuando vuelva ya estará la calle limpia, pero ahora voy a llegar al trabajo con las botas empapadas. Menos mal que en la taquilla tengo unos zapatos y podré cambiarme.
Llego a la boca del metro. Bajo. Pago el billete a un taquillero con cara de sueño.

Me dirijo al andén. Está lleno de gente que no sé por dónde habrá entrado, porque no había visto a nadie. De hecho, por un momento, creí que yo era la única persona que había tenido la osadía de salir en una mañana tan desapacible. De pronto sentí un escalofrío. La humedad de las botas estaba subiendo por mis piernas calándome los huesos. Cerré los ojos deseando que el tren llegase pronto. Cuando los abrí, la gente corría hacia las escaleras. Del tunel salía un ruido atronador que no era el ruido característico del comboy. Salía fuego.

Yo también corri. Estaba sola en el andén. La gente habia logrado salir. Al llegar a las escaleras mi cuerpo se quedó estático. Por más que quería no me podia mover. De pronto apareció un ser enorme que echaba fuego por la boca.
Muerta de miedo y esperando lo peor vi con asombro que el monstruo se dirigía a la salida como si también quisiera  huir. Ni siquiera reparó en mí.
 De repente cientos de ratas, tan grandes como leones, saltaron de las vías al andén, dirigiéndose al ser al que se comieron en cuestión de segundos. Cuando terminaron con su víctima repararon en mí. Una humedad caliente que salía de mis partes íntimas se juntó con el frío que subía de mis pies.
Creo que me desmayé.
Cuando desperté estaba en la cama de una habitación que parecía ser de un hospital.No me acordaba de nada. No sabía qué enfermedad tenía ni por qué estaba allí. Toqué el timbre para que viniera alguien y me diera una explicación. Cuando se abrió la puerta apareció un aenfermera con cara de rata.



Me quedé estupefacta y empecé a gritar. La rata me acercó un espejo y me dijo: ¡¡Mírate!!

Lo que vi me volvió loca. ¡Yo también era una rata! Salí de la cama corriendo. Abrí la ventana y me tiré al vacío. Según iba cayendo sonó algo que parecía una sirena.
Cuando llegué al Suelo el golpe me hizó echarme hacia delante. ¡Dios mío! Todo ha sido un sueño. La sirena era el despertador. Eran Las seis. Fui junto a la ventana. Subí la persiana. Estaba nevando. Bajé la persiana y me volvi a la cama.

Hoy no cogería el metro. FIN

4 comentarios:

  1. Hola Jesús, mirando en google he visto tú blog, me llamo Julia Garci-Nuño Seguí, soy la autora del relato que has dibujado maravillosamente. Te felicito.

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  2. Gracias, Julia, fue un trabajo que tuve que hacer para clase en un curso que hice el año pasado, y que fue bastante entretenido, ya que tu relato daba mucho juego. Un Saludo, me alegra que te haya gustado.

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  3. Hola Jesús, quiero que veas otro blog que he encontrado por casualidad, es de otro dibujante que también ha dibujado mi relato, por cierto se llama cómo tú ¿ no seras el mismo? jajjaj el blog se llama (debiologoadibujante.blogspot? te lo digo por si quieres ver como dibuja.
    un saludo.

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  4. Hola, Julia, no soy yo, aunque se ve que los dos hemos hecho el mismo curso de ilustración. Mola ver la misma historia con otro estilo. Un saludo.

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